Publicado: 20 de octubre del 2025
Por: Liliana Macotela
Hay una frase popular que dice: "Todos los días sale el Sol". No importa si el cielo está nublado o despejado; lo que realmente importa es que el Sol marca la diferencia entre el día y la noche.
Para quienes vivimos cerca del ecuador terrestre, esta afirmación parece una obviedad: efectivamente, todos los días sale el Sol. Sin embargo, muchas veces no prestamos atención a los detalles de este fenómeno cotidiano. ¿Alguna vez te has preguntado si el amanecer ocurre a la misma hora?
Con un poco de observación, podemos notar que no es así. Supongamos, por simplicidad, que el amanecer ocurre a las 06:00 a.m. Pero si te despiertas a esa hora todos los días, te darás cuenta de algo curioso: en ciertas épocas del año ya está claro a esa hora, mientras que en otras aún es de noche.
Esto ocurre porque la hora del amanecer varía a lo largo del año, y ese cambio está relacionado con las estaciones. Durante el verano, los días son más largos y el Sol suele salir más temprano. En invierno, en cambio, los días se acortan y el amanecer se retrasa. Aunque estos cambios pueden parecer sutiles, observarlos nos conecta con los ritmos naturales del planeta.
Figura 1. Amanecer. El Sol se empieza a elevar en el horizonte. Image: from https://www.nasa.gov/content/sunrise-from-the-international-space-station)
Figura 2. Promedio de horas de Sol durante el día en el mes de Junio (verano en el hemisférico norte). Fuente: https://cdns3.eltiempo.es/eltiempo/blog/noticias/2014/08/sol-de-medianoche-eje-terre.jpg
"Lo que estamos observando es que la hora del amanecer no es constante, y varía según el lugar en el que te encuentres"
Ahora imaginemos que nos mudamos un poco más cerca de los polos terrestres. Por ejemplo, al sur de Argentina o a alguna ciudad de Canadá. En esos lugares, los cambios en la hora del amanecer son mucho más notorios que en regiones cercanas al ecuador.
Es muy posible que te sorprendas diciendo cosas como: “¡Son las 5 de la mañana y el Sol ya está brillando!” o, al contrario, “¡Son las 4 de la tarde y ya está completamente oscuro!”. Estas diferencias pueden parecer extremas, pero tienen una explicación sencilla.
Lo que estamos observando es que la hora del amanecer no es constante, y varía según el lugar en el que te encuentres. En otras palabras, depende de qué tan cerca o lejos estés del ecuador terrestre. Cuanto más te alejas del ecuador, más marcados son los cambios entre las estaciones, y más evidentes se vuelven las variaciones en la duración del día y la noche.
Por ejemplo, imaginemos a dos personas: una vive en Tumbes, al norte de Perú, y la otra en Tacna, en el extremo sur del país. Ambas deciden observar a qué hora amanece durante un día de verano en el hemisferio sur. Lo que notarán es bastante interesante: en Tacna, el Sol sale más temprano y se oculta más tarde que en Tumbes. Es decir, los días son un poco más largos.
Pero en invierno, ocurre lo contrario. En Tacna, el amanecer se retrasa más y el Sol se oculta antes, haciendo que los días sean notablemente más cortos que en Tumbes.
Siguiendo este razonamiento, surge una pregunta muy interesante: ¿existe un límite para la hora en que puede amanecer? Y si ese límite existe, ¿cuál sería? ¿Podría el amanecer ocurrir a la 1:00 de la madrugada? ¿O incluso antes?
Y si seguimos empujando esa lógica, podríamos preguntarnos: ¿es posible que el Sol salga tan temprano que prácticamente no haya noche? ¿Que el Sol esté presente en el cielo durante las 24 horas del día?
La respuesta es sorprendente: sí, hay lugares en la Tierra donde, durante ciertas épocas del año, el amanecer simplemente no ocurre, porque el Sol nunca se oculta. Este fenómeno se conoce como el Sol de medianoche, y puede durar desde varios días hasta incluso meses.
¿Dónde ocurre esto? En las regiones cercanas a los polos, dentro de lo que se conoce como el círculo polar Ártico al norte, o el círculo polar Antártico al sur. Si quisiéramos ver el Sol brillando todo el día durante el verano, tendríamos que viajar al norte de Canadá, Noruega, Suecia, Finlandia o Rusia. Allí, el cielo permanece iluminado por el Sol de día y de noche durante varias semanas.
Figura 2. Mapa que revela el sector diurno y nocturno en la Tierra para el verano en el hemisferio sur. Nótese que no hay noche en la Antártica. Fuente: https://www.timeanddate.com/worldclock/sunearth.html
Uno de los fenómenos naturales más curiosos que se pueden observar en nuestro planeta es el llamado Sol de medianoche. Este nombre tan poético hace referencia a un hecho sorprendente: el Sol puede verse en el cielo incluso a medianoche. Sí, ¡a la hora en que normalmente esperaríamos oscuridad total! Este fenómeno también se conoce como día polar y ocurre en las regiones cercanas a los polos durante los meses de verano.
Tal vez no lo habías pensado, pero el horario del amanecer y el anochecer varía bastante según el lugar del mundo en el que te encuentres. Y en las zonas polares, esto puede llevar a situaciones extremas: durante cierto periodo del año, el Sol no se oculta nunca, lo que significa que no hay noche como tal, mientras que, en la estación opuesta, ocurre lo contrario, y el Sol no llega a salir durante días o incluso semanas.
Te dejo con una curiosa pregunta: ¿cómo se llama ese fenómeno en el que el Sol nunca aparece en el cielo? Te invito a investigar un poco más sobre este tema… ¡y sorprenderte con lo que la naturaleza es capaz de ofrecernos!
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